El Papa dice que los justos se salvarán aunque no crean en Dios

La fe en el Dios católico no es un requisito imprescindible para obtener la salvación que su Iglesia predica. El Papa dejó ayer claro este concepto durante su audiencia habitual de los miércoles, en la plaza de San Pedro del Vaticano, al declarar que "los justos de la Tierra", incluso "los que ignoran a Dios y a su Iglesia", contribuyen a "construir el Reino de Dios". En otras palabras, las puertas del paraíso están abiertas a todos los hombres, siempre que su conducta moral sea recta, aunque no tengan fe. Las palabras de Juan Pablo II están en sintonía con la doctrina de la Iglesia que se refiere a la "gracia salvífica de Dios", fijada, desde los tiempos del Concilio Vaticano II, en la encíclica Lumen gentium. Sin embargo, esta línea doctrinal parecía haber sido relegada por la Santa Sede desde la publicación en septiembre pasado del documento Dominus Iesus, elaborado por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición).

El denso documento de Ratzinger, publicado el 5 de septiembre, reafirmaba el primado de la Iglesia católica sobre las demás, considerando que es la iglesia verdadera, instituida por Jesucristo. El texto, que levantó una áspera polémica, consideraba que la salvación sólo es posible dentro de esta última.