Abrazos en familia

El inesperado resultado cosechado por Joaquín Corredor, "incondicional" militante del PP desde hace "15 o 16 años", fue rápidamente neutralizado por todos los responsables del partido como una prueba del proceder democrático que impera en la organización. Pero sobre todo, por un gesto de Eduardo Zaplana, que desplegó sus mejores dotes escénicas.José Díez pronunciaba su primera alocución como presidente electo. Entre agradecimientos a la persona de Corredor -"un caballero"- invitó a su rival a subir al escenario del Palacio de Congresos para compartir el aplauso de los delegados. Los delegados, en pie, aclamaban a los dos candidatos cuando Javier Arenas y Eduardo Zaplana decidieron sumarse a la fiesta.

Corredor atisbó la zancada del presidente y decidió escabullirse por el otro lado. Zaplana abrazó a Díez y siguió a Corredor, que buscaba su butaca. Con gesto imperativo le invitó a subir y forzó un abrazo. El candidato díscolo se fundió con el presidente regional entre el clamor de los delegados. El gesto disipó los malos augurios y restableció la cohesión de la familia popular.

Corresponde ahora a la organización revisar las urnas, una por comarca, para establecer el origen del descontento.

Y está por ver hasta qué punto Zaplana es capaz de repetir una escena similar hoy, en Alicante, donde Manuel Ortuño, presidente del partido en Elche, ha decidido plantar cara a la candidatura oficial que encabeza Julio de España.