Una subida de precios cuestionada

La investigación abierta por Industria y por la Comisión de la Energía para determinar a qué han obedecido los incrementos de precios en el mercado mayorista de la electricidad -que no afecta directamente a la mayoría de los usuarios, sujetos a tarifa, pero que sí influye en el conjunto del sistema y en los grandes consumidores de energía- tendrá resultados la próxima semana, cuando el organismo que preside Pedro Meroño haya concluido su informe al respecto.Mientras tanto, las compañías eléctricas ya han dado su versión sobre el fenómeno que alarmó a las autoridades encargadas de supervisar el sistema eléctrico.

Según las compañías, los precios subieron por la baja hidraulicidad -que hizo necesario recurrir al fuel y al gas, más caros, para producir energía- y por el fuerte tirón del consumo, que entre el 1 de enero y el 31 de marzo aumentó un 8,3% respecto al mismo periodo de 1999. A estos dos factores, habría que añadir las paradas por revisión de algunas centrales nucleares y el aumento de los precios del crudo.

Según las compañías, además, las variaciones de precios no se trasladan a las tarifas que pagan los usuarios, sino que son absorbidas por las compañías comercializadoras.

Pero existe la sospecha -y de ahí la investigación abierta- de que algunas compañías trataron de echar un pulso a la Administración con un doble propósito: presionar al Gobierno para que no baje más las tarifas eléctricas -una posibilidad aún abierta- y disuadir a algunos clientes de ejercitar la posibilidad de elegir otra compañía eléctrica.