Sony amenaza con abandonar México por la inseguridad

Los japoneses, acostumbrados a pasearse por Tokio tranquilamente, sufren un calvario en México. La delincuencia les afecta tanto, encarece tanto los costes de sus empresas, que el director de Sony, Shin Takagi, advirtió ayer al presidente Ernesto Zedillo que "comienza a dar razones para que la empresa decida disminuir su inversión o trasladar sus instalaciones a un país más seguro". Hace una semana, a las puertas de la fábrica de Tijuana, en la gota que colmó el caso, les robaron 250 televisores.El aviso de la empresa nipona es serio por cuanto se trata de una firma que emplea a más de 10.000 trabajadores en México, donde comenzó sus operaciones hace 21 años abriendo una fábrica de cintas de casete en Laredo.

Las maquiladoras son cadenas de montaje, la mayoría de capital extranjero, establecidas en la frontera con Estados Unidos, que exportan casi toda su producción. Estas instalaciones, según sus portavoces, captarán cerca de 14.500 millones de dólares (2,6 billones de pesetas) en divisas a lo largo de este año, más que el sector petrolero, y han generado otros 157.895 empleos permanentes. El sector proporciona trabajo a 1,25 millones de mexicanos, el 10% de la fuerza laboral registrada en la Seguridad Social.

Sony, oficialmente, opera en México desde 1995, después de casi quince años de hacerlo a través de distribuidores autorizados en los sectores de manufacturación, cine, video y música. "En este momento no tenemos planes de movernos a otros países, pero si no cambia [la inseguridad] tendremos que considerar seriamente las cosas", subrayó Takagi, que dirige la planta de Tijuana desde abril pasado. Seis meses de espera le pareció un plazo razonable. "El clima de inseguridad aumenta el coste de nuestros productos", remachó.

Más medidas

Representantes de las empresas pidieron al jefe de Gobierno medidas contra la delincuencia, y mayor seguridad jurídica, y un marco legal que evite la doble tributación.

La inseguridad ciudadana ha costado a México en 1999 un total de 41.000 millones de dólares (7,46 billones de pesetas), aproximadamente el 9% del PIB, según cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El grueso se va en pagos a policías y programas contra el delito, y en operaciones particulares contra el secuestro. El directivo de Sony explicó que sus ejecutivos y camiones tienen que salir siempre protegidos por guardaespaldas, y esta protección permanente cuesta dinero.

Frente a las quejas de Sony, el presidente del Gobierno mexicano,ErnestoZedillo no hizo ningún comentario sobre el problema de la inseguridad durante su intervención ante los representantes de la industria exportadora.