Un motín "tranquilo"

La madrugada de protesta organizada por la Asociación de Hosteleros de Huertas contra la posible reducción del horario de cierre por parte del Ayuntamiento se desarrolló "sin incidentes" y "fue una de las más tranquilas que se recuerdan en ese barrio". Así definió la situación el presidente de la mencionada asociación, Manuel Blázquez. "Hasta los agentes de la Policía Municipal se fueron impresionados de lo tranquilo que había resultado todo a pesar de la enorme expectación que había generado la protesta de abrir hasta las seis", según afirmó el secretario de los hosteleros, José Carlos García. "Algún vecino, conocedor de la protesta, se ha levantado de la cama y ha bajado a la calle en zapatillas para felicitarnos", añadió García.Los propietarios de los locales hicieron hincapié en que el ruido que sufren los vecinos no parte del interior de los bares, sino de la calle. Pegaron unos carteles en la entrada de sus establecimientos en los que se leía: "Otros descansan, modera tu voz". Blázquez llegó a silenciar una tuna que cantaba a pleno pulmón en la esquina de la calle de Huertas con la de Echegaray.

El coordinador de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, Luis Peralta, siguió la protesta in situ y se quejó: "Hagan ruido o no, los bares que no cumplan el horario deben ser sancionados", exigió. El motín de las copas se saldará con multas a los locales -una sanción oscila entre las 50.000 pesetas y el medio millón-.

Pero lo más ruidoso de la madrugada en Huertas fue el camión de recogida de basuras y dos motos de escape libre. A diferencia de los bares de copas, su estruendo quedó impune.