El desplome del doble techo de un bar en Valencia se salda con un cliente hospitalizado con contusiones

"Ha sido algo repentino, sobre las siete menos veinte de la tarde he escuchado un ruido en el techo, como si se desgarrara, y me ha dado tiempo a avisar a los clientes antes de saltar por la ventana", contó ayer, poco después del siniestro, Óscar Ferrer, el camarero de 22 años que atendía a la clientela del bar Boatella, situada en el bajo de una finca antigua junto a la Lonja de Valencia, cuando se desplomó el doble techo de escayola.Pero a Jesús López Olmedo, de 64 años, el único cliente que se encontraba dentro del local (otros dos, turistas alemanes, estaban en las mesas del exterior) no le dio tiempo a ponerse a salvo. Un trozo de escayola le cayó sobre la espalda y le causó diversas contusiones, según el médico del SAMU, que decidió trasladarlo al hospital General para comprobar si había sufrido alguna fractura. La víctima, con la chaqueta vaquera tiznada, se encontraba aturdida por el golpe.

Los bomberos sanearon la techumbre deteriorada del local y explicaron que el desplome se produjo por el mal estado del doble techo, por el que asomaba un vetusto techo de cañizo, y por el excesivo peso que tenía que soportar. No era la primera vez que los bomberos acudían a este bar: el pasado otoño ya se agrietó el doble techo. El dueño del local, Juan Martínez, reconoció que la escayola se encontraba en mal estado y que hace tiempo que tenía que haberla cambiado, pero alegó que los escayolistas con los que contactó le daban "largas".