Garzón reúne en secreto un equipo médico para responder al informe

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón continuaba ayer formando un equipo de especialistas médicos, que puedan realizar un comentario o dictamen sobre los informes sanitarios del ex dictador Augusto Pinochet, aunque la declaración de secreto de esa parte de las actuaciones, acordada en el momento de recibir los informes, impide conocer con exactitud incluso el número de profesionales implicados.Fuentes de la Audiencia dan por seguro que el forense de esa jurisdicción, Ángel Calcerrada, formará parte del equipo médico que analice los informes, y en el que también se integrarán al menos un geriatra y un neuropsicólogo. Sin embargo, el juzgado se negó a precisar, so pretexto del secreto sumarial, los nombres, especialidades e incluso el número de facultativos intervinientes.

Dada la premura de tiempo para revisar el informe (el martes concluye el plazo dado por el tribunal británico), no es previsible que Garzón disponga del material hasta el fin de semana, y no parece que vaya a poder perfilar su posición antes del lunes.

El informe médico británico, filtrado a dos medios informativos españoles y a uno chileno, concluye que, en opinión de los especialistas que le han reconocido en la capital británica, "el senador Pinochet no está en el momento presente mentalmente capacitado para tomar parte con conocimiento de causa en un juicio". Los informes consideran "improbable" una "mejora sostenida" de las lesiones cerebrales de Pinochet "en un grado relevante".

Si los especialistas españoles llegasen a las mismas conclusiones que sus colegas británicos, la Ley de Enjuiciamiento Criminal española prevé, en su artículo383, que se archive la causa "si la demencia sobreviniera después de cometido el delito".

Por otra parte, fuentes de la Audiencia aseguraron que al juzgado de Garzón no ha llegado, ni oficial ni extraoficialmente, ninguna comunicación del Ministerio de Exteriores sobre un eventual ofrecimiento del Gobierno chileno para participar en procesos contra Pinochet en aquel país, al estilo de la oferta presentada a Bélgica por el ministro de Asuntos Exteriores chileno, Juan Gabriel Valdés.