¿Futuro?

Me acerco a los 30. Hace ya muchos años que terminé mi carrera. Hace ya muchos meses que finalicé mi último y precario empleo (siempre han sido así, y siempre breves). Perdí la cuenta de la época de mi última entrevista. Pero no me rindo y sigo atento a las ofertas de trabajo; sigo buscando, y lucrando a Correos, y también estudiando, ahora el doctorado en Derecho en la Universidad, que es barato y me lo puedo permitir, de momento.Y pensé hacer otro máster, de los caros esta vez -que no me queda otra-, y entramparme en un crédito. Y pasé las exigentes pruebas, pero caí en la entrevista. A lo mejor no le echo cara, puede que no tenga el suficiente morro, que me haga falta algo de marketing, quién sabe.

A veces atisbo la salida, suele ser de noche, en sueños, porque en realidad sé que mi futuro es ciertamente dudoso, que no tengo para proporcionarme lo indispensable para vestido, alimento o habitación (gracias, mamá), ni mucho menos para comprar (por ejemplo, un ordenador y así acogerme a las 30.000 pesetas de subvención que otorga el bondadoso Gobierno, al que realmente lo necesita), regalar (es Navidad), viajar, que ni siquiera me puedo enamorar (se pierde hasta esa ilusión, es triste).Y creo que no soy el único; eso es lo grave. ¿O acaso me equivoco? Pues bien, con este panorama pretenden que aumentemos la más baja tasa de natalidad del mundo. ¡Váyanse a paseo!- Luis Mosquera Montero-Ríos. Madrid.