En la élite no olímpica

Sergio García, Àlex Crivillé y los fórmula uno Pedro de la Rosa y Marc Gené no irán a los Juegos Olímpicos, pero este año será fundamental para sus carreras. La premisa será no soltar todo lo conseguido en 1999, e incluso intentar subir algún escalón más, sobre todo en los casos de De la Rosa y Gené.Sergio García lleva nueve meses como golfista profesional, pero los pronosticadores hablan de él como si fuera un veterano. El Niño no ha cumplido aún los 20 años, pero después del vendaval de Augusta y la química con Tiger Woods -y lo mucho que lo quieren las televisiones de EEUU-, parece estar obligado a mantenerse firme en medio de la tormenta. No le estará permitido caer: García y El Tigre mantendrán "el gran duelo del siglo XXI", según algunos hiperbólicos comentaristas norteamericanos, y el de Castellón ha de mantener el tipo. ¿Ganar algún torneo del Grand Slam? No estaría mal, por supuesto, pero tampoco es cuestión de ir pidiendo demasiado: el golf, como muchas cosas, es una carrera de fondo. Consolidarse en el papel de Chris Evert para el Navratilova Tiger Woods sería más que suficiente; no sea que los estadounidenses prefieran dejarlo en la cuneta y emparejar al Tigre con David Duval, tan bueno como Sergio y casi tan joven como él, pero también más aburrido.

Crivillé encarará 2000 como el año I después de Mick Doohan. El de Seva intentará quitarse el fantasma del australiano -oficialmente ya un ex corredor- y convencer, con otro título, a los que miran su campeonato con una mueca. Más difícil lo tendrán De la Rosa y Gené: sus coches (Arrows y Minardi, respectivamente) no darán mucho más de sí este año que lo que vienen haciendo en las últimas temporadas. Ambos consiguieron un punto en 1999, suficiente para mantenerse dentro de la trituradora. Y habrá que ver qué ocurre con Carlos Sainz, al que se le abren nuevas perspectivas como piloto oficial de Ford. El Mundial de Rallys contará con otro español, Luis Climent, fichado por Skoda.