Críticas de los jueces al informe parlamentario sobre Córcega

El porcentaje real de esclarecimiento de los crímenes que se producen en Córcega no llega al 3%, según el informe que han hecho público los parlamentarios franceses y que ha sentado como una patada en el avispero judicial, policial y político francés. El hecho de que el informe incluya la supuesta identidad, conocida con anterioridad, del informador que puso a la policía sobre la pista de los asesinos de Claude Erignac, ha sido agitado profusamente para descalificar el gesto de transparencia parlamentaria. Enfrentado al presidente de la comisión de la Asamblea, el socialista Raymon Forny, el ministro de Interior Jean-Pierre Chevènement navega entre las críticas a los informes y a su completa publicidad, las invitaciones a no "caer en el masoquismo" y la defensa de un equilibrio entre los distintos poderes. La propia mayoría gubernamental está dividida.

No pocos de los jueces y policías que se confiaron a los parlamentarios en la creencia de que sus palabras no saldrían de las salas de comisiones se encuentran ahora en una situación embarazosa, a medio camino entre el desmentido forzoso y la indignación. El último episodio de esa guerra declarada entre los distintos poderes la han protagonizado los cuatro jueces antiterroristas Jean-Louis Bruguière, Laurence Le Vert, Jean-François Ricard y Gilbert Thiel, que han pedido amparo al presidente de la República, Jacques Chirac, ante "la injerencia" de los parlamentarios.

"Los cuatro jueces se consideran intocables", ha respondido Raymon Forny tras indicar que los magistrados podían haber invocado al secreto de instrucción para no responder a las preguntas molestas de la comisión.

En medio del conflicto, la ministra de Justicia, Elisabeth Guigou, ha anunciado que va a solicitar un informe sobre el funcionamiento de la magistratura en Córcega.