EE UU reconoce su error al atribuir al piloto de EgyptAir una frase suicida

La llegada a Washington del equipo de expertos egipcios comenzó ayer a poner algunos puntos sobre las íes en la teoría norteamericana que atribuye la catástrofe del Boeing 767 de EgyptAir a una acción suicida del piloto de refresco Gamil Al Batuti. El Gobierno de Estados Unidos se vio obligado ayer a precisar oficialmente que una de las frases atribuidas a Batuti por fuentes de la investigación no existe. La frase que no figura en absoluto en la recuperada grabación de las conversaciones de la cabina de la tripulación es: "Mi decisión está tomada". El equipo de expertos egipcios se apresuró a viajar a Washington, centro de la investigación del Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NSTB), después de que fuentes anónimas de ese organismo norteamericano informaran a la prensa de que su principal hipótesis de trabajo es una acción suicida de Batuti.

Su primera misión, señalaron los egipcios, es establecer una trascripción fidedigna de las conversaciones en árabe de la cabina de tripulación. Esa trascripción tardará unos días en estar disponible. El primer elemento que desató las sospechas de la NSTB fue el hecho de que Batuti pronunciara una oración ("Pongo mi destino en manos de Dios") al hacerse cargo de los mandos del aparato.

Egipto, a través de su ministro de Exteriores, se ha escandalizado de que los norteamericanos tomen una declaración religiosa como una manifestación de voluntad suicida.

James Hall, presidente de la NTSB calificó ayer de "totalmente equivocadas algunas de las especulaciones que circulan sobre las razones de la tragedia". Pero no precisó si se refería en concreto a la teoría del suicidio. El presidente de la NTSB lamentó que los errores sobre el contenido de las declaraciones de Batuti hayan "causado dolor a las familias de las víctimas" y "hayan dañado la larga amistad entre los pueblos de EE UU y Egipto".

Los expertos egipcios confirmaron, por su parte, que el FBI no se ha hecho todavía cargo de la investigación del accidente, puesto que no existen razones fundadas de que tuviera un origen criminal.