Una estrategia para el nuevo siglo

La lucha contra el tabaco es ya una prioridad para el Plan Nacional sobre Drogas. La estrategia de este organismo para los próximos años ha introducido el tabaco y el alcohol, "dos drogas más", en palabras de su portavoz, Javier Hernández, entre sus prioridades de actuación por primera vez. El objetivo fundamental es intentar reducir, "sin histerias ni prohibiciones extremas", el consumo. La meta es ésa. El campo de batalla serán las escuelas y las empresas; y la munición, políticas preventivas que ayuden a concienciar a la población de las consecuencias que el tabaco tiene sobre su salud. Esta estrategia, que ya está perfilada y en la que han participado los ministerios de Interior, Sanidad, Educación, Justicia y Trabajo, será aprobada por el Consejo de Ministros en su próxima reunión.

El 35,7% de los españoles mayores de 16 años se declaran fumadores. Mientras los hombres enganchados descienden de forma paulatina en España desde 1987, el número de mujeres en la misma etapa aumenta. Entre los adolescentes de 15 a 18 años, la proporción de fumadoras diarias es 10 puntos más elevada (25,6%) que la de los hombres (15,3%), según los datos del Observatorio Nacional de las Drogas.

La edad de inicio también está en el punto de mira de esa estrategia. En 1994, la iniciación al tabaquismo de los españoles se calculaba en 13,8 años. Dos años después, ésta se había adelantado hasta los 13,2. El Plan Nacional lo sabe y ha constatado a través de las campañas de prevención y control del tabaquismo llevadas a cabo en las escuelas que ésta se puede retrasar.

Hernández descarta, sin embargo, que el control del consumo de tabaco venga de la mano de la prohibición, por ejemplo, en los centros de trabajo. En este sentido, el Plan apuesta por desarrollar programas preventivos en colaboración con los sindicatos.