Indonesia acepta una intervención militar internacional en Timor

Indonesia cedió ayer, por fin, a la intensa presión internacional para poner coto a la violencia que ha destruido Timor Oriental y aceptó que una fuerza de Naciones Unidas restablezca la paz, proteja a la población y garantice el resultado del referéndum del 30 de agosto, en el que los timorenses optaron por la independencia. La comunidad internacional reaccionó con cautela al compromiso anunciado por el presidente Yusuf Habibie, pero en la asediada sede de la ONU en Dili la noticia fue acogida con júbilo.

Habibie compareció en televisión para dar a Indonesia y al mundo la noticia que más se ha hecho esperar en los últimos días. Yakarta autoriza el despliegue en el territorio de una "fuerza multinacional de paz compuesta por países amigos para restablecer la paz en el territorio, proteger a la población y garantizar los resultados del referéndum". El presidente habló flanqueado por el ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas, general Wiranto, vestido de civil para la ocasión. La presencia de Wiranto es interpretada como una aceptación por parte del Ejército del compromiso contraído por el presidente. Los detalles de la fuerza multinacional serán discutidos en Nueva York por el secretario general de la ONU y el ministro de Exteriores indonesio, Ali Alatas. Es muy probable que Australia tenga el mando de la fuerza de paz. La noticia fue recibida como una liberación en el asediado complejo de la ONU en Dili, aunque con el temor a que espolee a las milicias a rematar la faena de asesinatos en la que llevan inmersos desde hace varios días. En Madrid, miles de portugueses se manifestaron ante la Embajada de Indonesia para protestar contra la violación de los derechos humanos en Timor Oriental. Los portugueses viajaron a la capital de España porque en Lisboa no hay embajada indonesia; ambos países suspendieron relaciones en 1975, a raíz de la invasión de Timor.