'Medalla de oro' por equipos

Hachim El Guerruj estuvo imperial. Dominó la carrera de 1.500 disputada anoche en el estadio de La Cartuja con un ritmo formidable, y logró un tiempo inhabitual en los campeonatos del mundo o los Juegos Olímpicos, competiciones donde se buscan más el título y el prestigio que una de esas marcas por las que se paga tanto en las reuniones de verano. La carrera terminó en 3.27.65, un registro excepcional para estas circunstancias. Y así el ritmo que impuso el atleta marroquí hizo que todos sus seguidores completaran una carrera magnífica. Ngeny, la nueva estrella de Kenia, logró la medalla de plata. Y el catalán Reyes Estévez, la de bronce. Un éxito memorable para el atletismo español y un relevo interesante: Estévez, de 23 años, se adelantó a Fermín Cacho, de 30. El tercero del mundo puede suceder así, desde ahora, al que entró cuarto ayer y que antes ha sido campeón olímpico (Barcelona, 1992) y dos veces plata en los Mundiales además de otra segunda plaza en los Juegos de Atlanta. El tercero, el cuarto y el quinto fueron españoles, porque el gallego Andrés Díaz siguió a Cacho.La victoria de El Guerruj es indiscutible, pero no irreprochable: en otra carrera, su compatriota Kauch habría cobrado un buen dinero por su trabajo. Hizo de liebre (lo que se prohíbe en competiciones oficiales) con la precisión de un metrónomo. Le habían dicho que pasara el 400 en 54 segundos. Y cumplió. Tenía que reventar la carrera y no dar opción alguna a los rivales de su líder. "Ha sido descarado, asqueroso", dijo Estévez, que probablemente pensó en una carrera durísima, pero no de este calibre.

Teledirigido por El Guerruj, Kauch pasó por los 800 metros en 1.52.15, el tiempo que se pide a las mejores liebres en Oslo o Zúrich, las típicas carreras donde El Guerruj actúa con una contundencia incontestable. Para los españoles la aventura resultaba más complicada. Pero aguantaron y se hicieron mejores. La afición les podrá colgar moralmente la medalla de oro por equipos.