Los aliados defienden en La Haya la guerra contra Milosevic

Los 11 países de la OTAN que participan en la Operación Fuerza Aliada demandados por Yugoslavia ante el Tribunal de La Haya, entre ellos España, cerraron filas ayer y adoptaron una postura unánime en el contraataque desde un punto de vista político. Con una defensa más o menos apasionada, las delegaciones justificaron los bombardeos de la OTAN como la respuesta necesaria al brutal genocidio de la población albanokosovar.El representante de Madrid, Aurelio Pérez Giralda, calificó de "show político" las acusaciones de genocidio que han lanzado los representantes de Belgrado ante los jueces de la más alta instancia judicial de Naciones Unidas. "Las acusaciones están desprovistas de toda base jurídica y tienen la única finalidad de distraer a la opinión pública mundial", alegó en un tono que no ocultaba su irritación.

Los 20 magistrados del tribunal (15 de ellos, permanentes) estudian desde el lunes la petición de Yugoslavia para que cesen los bombardeos "antes de que el daño sea irreparable", según argumentan las autoridades de Belgrado. 3

Alegaciones de España

En la misma línea que Bélgica, Portugal, el Reino Unido y Holanda, que también presentaron sus alegaciones ayer, España discutió la competencia del tribunal para pronunciarse sobre el conflicto. Esta argumentación mantiene que la actual Yugoslavia, formada por Serbia y Montenegro, no es miembro de la ONU y, por tanto, no puede presentar demandas ante ese tribunal."No puede ser considerado como el Estado continuador de la antigua Yugoslavia, sino como una parte de los Estados divididos", rezaba el documento español. Tras el turno de réplicas de hoy, los jueces del tribunal tienen entre un día y seis semanas para pronunciarse.

El representante de Madrid, que habló antes de que el Reino Unido y EEUU cerraran las alegaciones, dijo que el cese de los ataques dejaría a Yugoslavia el camino libre para continuar "la odiosa campaña de purificación étnica perpetrada por las autoridades serbias de Kosovo" con el objetivo de "perseguir o matar al mayor número de albaneses". Para la representación española, los crímenes de los que les acusa Belgrado -desde genocidio hasta uso de armas con uranio- son irreales y desprovistos de todo fundamento. "Se nos atribuyen, con una exageración manifiesta, destrucciones masivas, graves atentados contra el medio ambiente e incluso la utilización de armamento prohibido que España no posee", dijo Pérez Giralda.