Chile y Pinochet

El procesamiento del general Pinochet ha dejado una profunda huella en el derecho internacional (...), pero también ha mostrado cómo los militares chilenos han limitado la nueva democracia.

La decisión de Jack Straw fue correcta. Los Lores han sentenciado que Pinochet no podrá ser extraditado por crímenes realizados antes de 1988, cuando el Reino Unido ratificó el tratado contra la tortura. Esto sólo deja en vigor tres cargos de los presentados, pero España ha añadido ya más y merece la oportunidad de probar la acusación.

El consentimiento para la extradición beneficia a Chile. (...) Las Fuerzas Armadas se han portado moderadamente. Esta prudencia se puede evaporar si el dictador regresa. El proceso del antiguo jefe del Estado ha reavivado en Chile el debate sobre cómo enfrentarse a los crímenes del pasado. Gran importancia tiene la poco democrática Constitución de Pinochet, que limita los poderes presidenciales para destituir jefes militares y otorga al Ejército influencia sobre las decisiones del presidente, así como un escaño vitalicio para él en el Senado y la facultad de las Fuerzas Armadas para nombrar senadores. Todo esto ha permitido bloquear reformas indispensables.

El Gobierno de Chile no está en peligro de un golpe de Estado (...), pero sí es posible una insubordinación menos dramática de los militares. (...) Gracias a este asunto, los chilenos están dándose cuenta de cómo gran parte de su democracia se ha perdido.

22 de abril