Roland Dumas se niega a dimitir, pese a las crecientes presiones en su contra

El procesado presidente del Tribunal Constitucional francés, Roland Dumas, no está dispuesto a abandonar su posición por muchos libros acusatorios que se publiquen contra él. Dumas salió ayer al paso de las peticiones de dimisión con un mensaje inequívoco: "Teniendo la conciencia en paz, yo continuaré presidiendo el Consejo Constitucional con toda serenidad y objetividad".

El libro La putain de la République (La puta de la República), en el que la también procesada Christine Deviers-Joncour reconoce haber sido contratada por sus jefes de la petrolera Elf para influir en Dumas, entonces ministro de Exteriores, ha acabado de romper el pacto de silencio autoimpuesto por la clase política.

El ex presidente Valéry Giscard d"Estaing ha emplazado al actual inquilino del Elíseo, Jacques Chirac, a que intervenga antes de que el escándalo arruine la confianza en el Consejo Constitucional francés. Pero no está claro que el presidente de la República pueda destituirle.

Dumas, proclamado heredero del legado de François Mitterrand, no cuenta con el respaldo de su partido. Los socialistas le han aconsejado que "reflexione" sobre el riesgo de descrédito institucional.

En su comunicado de ayer, el ex ministro de Exteriores procesado por "complicidad y abuso de bienes sociales" en el asunto de las fragatas vendidas a Taiwan, niega la relación sentimental con Christine Deviers-Joncuor. La negativa contrasta con las fotografías publicadas estos días que, como dice Christine Deviers, muestran a la pareja compartiendo dulces momentos de intimidad.