El presidente de la Generalitat apoya que el AVE llegue a la frontera en el 2004

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, respondió ayer al envite lanzado la víspera por el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y se pronunció en favor de que el tren de alta velocidad (AVE) llegue a la frontera hispano-francesa el año 2004 tal como acordaron en su día los gobiernos de ambos países. El pronunciamiento es arriesgado porque el ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, dijo el martes que el AVE no llegará a la frontera con Francia hasta el año 2007.

Los gobiernos de España y Francia acordaron en 1994 que el AVE enlazaría con la red francesa de ferrocarril de gran velocidad (TGV) el año 2004. Pero Arias-Salgado dijo el martes que este calendario no se cumplirá y el enlace se retrasará dos o tres años. El diputado socialista Joan Ferran planteó ayer a Pujol mediante una pregunta en el Parlament la confusión y la alarma provocada por el anuncio del ministro en el Ayuntamiento de Barcelona y en los medios empresariales interesados en este proyecto. Lo hizo en términos de acusación. "Ustedes no están ejerciendo de fuerza decisiva en Madrid, sino como fuerza sumisa al Gobierno", le dijo. Destacó también que el candidato de Convergència i Unió (CiU) a la alcaldía de Barcelona, Joaquim Molins -a quien por un lapsus citó como alcalde Molins, lo cual provocó gran regocijo entre los diputados nacionalistas-, se ha alineado en este asunto con el equipo municipal barcelonés y le pidió que ponga fin a las "indefiniciones" del Gobierno catalán. Pujol respondió recordando que él fue el pionero en la reivindicación del enlace ferroviario de gran velocidad entre Barcelona y Francia, hace ya más de 10 años. Recordó también que el entonces ministro de Obras Públicas, el socialista Abel Caballero, calificó como "insolidaria" la pretensión catalana, y que CiU defendía inicialmente la fecha del 2002 para realizar esta conexión ferroviaria, aunque luego tuvo que aceptar que fuera el año 2004 Periferia de Madrid Estas explicaciones no satisficieron a Ferran porque versaban sobre el pasado y no aclaraban la actitud actual del Gobierno catalán ante la dilación anunciada por el ministro de Fomento. El diputado socialista advirtió a Pujol que el retraso en el enlace con la red ferroviaria europea de gran velocidad significa aceptar que Cataluña "quede reducida a periferia en vez de ser punto de referencia", y que Barcelona quede reducida a ser "la cochera de un AVE ibérico" en vez de estar en la red del TGV europeo. Pujol, finalmente, se comprometió. El nombramiento de Albert Vilalta como secretario de Estado de Infraestructuras y Transportes ha contribuido a que se lograra que el AVE llegue al puerto y al aeropuerto de Barcelona, a la estación de Sants y a la de la Sagrera. "Y nosotros insistimos en que tiene que llegar a la frontera el 2004. Eso es lo que ponemos sobre la mesa" En los pasillos del Parlament, Pujol aprovechó la ocasión para atacar a los socialistas, cuyo gobierno dio prioridad al AVE Madrid-Sevilla. "Lo lógico es que el ancho de vía europea sirva para ir a Europa y no para ir a África, hacia el sur, a Algeciras", dijo. Y añadió: "Espero que la presión que haremos sobre Arias sea más eficaz que la que en su momento hicimos sobre Caballero y José Borrell".