Argelia
Mahieddine Kessouar es una de las miles de víctimas de la violencia que vive Argelia desde 1992. Durante estos seis años, decenas de miles de personas han sido asesinadas por las fuerzas de seguridad, grupos paramilitares y grupos armados que se autodefinen como grupos islámicos (GIA y FIS). Ya nos hemos acostumbrado a escuchar noticias y ver imágenes de las masacres que se cometen en dicho país, sobre todo de hombres, mujeres y niños degollados.Pero también existen otras violaciones de derechos humanos, y Mahieddine Kessouar es una de esas otras víctimas. Miembro de una rama del partido de la oposición Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), no ha sido visto desde el pasado 1 de septiembre. Su coche fue encontrado abandonado al día siguiente, con varios objetos personales dentro.
Miembros de las fuerzas de seguridad llevan a cabo arrestos, muchas veces sin los uniformes reglamentarios. Tras las detenciones, cualquier información sobre el detenido es denegada a sus familiares. Lo habitual es que tengan noticias de ellos cuando comparecen ante los tribunales y no antes. Esto sucede pasadas varias semanas e incluso meses.
Sin embargo, el paradero de muchos de estos detenidos es una incógnita. Muy pocos son puestos en libertad. La mayoría son encontrados muertos, sobre todo cuando los secuestros son cometidos por el Grupo Islámico Armado (GIA).
La comunidad internacional, a través de sus respectivos Gobiernos, debería de una vez por todas tomar cartas en el asunto y exigir a las autoridades argelinas que pongan fin a estas continuas violaciones de derechos humanos, máxime cuando faltan muy
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pocas semanas para la celebración del 50º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.-
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