El Canal recibe el informe técnico que le permite llenar El Atazar en invierno sin riesgo de nuevas grietas

El embalse de El Atazar, el más grande de la región, puede aprovecharse al máximo de su capacidad sin riesgo de que se produzcan nuevas grietas en el fondo de la presa, como ya sucedió hace 20 años. Ésta es la principal conclusión del informe que ha elaborado para el Canal de Isabel II el ingeniero suizo Giovanni Lombardi, uno de los mayores expertos mundiales en la materia. Lombardi avala que la presa se comportó "con normalidad y sin ningún aspecto delicado" durante 1997, y sentencia: "No hay ninguna razón para mantener la limitación de explotación actualmente en vigor en invierno".

A raíz de la aparición de fisuras en la estructura del embalse, la Administración estableció un margen de seguridad de 100 hectómetros cúbicos durante el periodo invernal. Así, El Atazar ha tenido que desembalsar agua en cuanto alcanzaba el umbral de los 325 hectómetros, pese a que su capacidad es de 425.

El presidente del Canal de Isabel II, Antonio Beteta, se congratuló de las conclusiones de Lombardi y recordó que 100 hectómetros equivalen al consumo de toda la región durante tres meses. "Disponer de nuevo de esta parte de El Atazar equivale a una presa de tamaño medio", apuntó.

Con todo, Lombardi matiza que en el futuro "podrá ser necesario reinyectar de nuevo la fisura principal" y recomienda que se establezcan mejores instrumentos para medir las incidencias en El Atazar, lo que ya se está haciendo. La inversión en estos equipos (sondas y termómetros automáticos) asciende a 27 millones, a los que hay que sumar los 15 millones que cobrará el ingeniero suizo y otros 52 en estudios in situ a lo largo de 1996 y 1997.

El gerente del Canal, Ricardo Domínguez, explicó que la roca sobre la que se cimenta la presa era "muy justa en sus características, y ello propició reajustes durante los primeros llenados, pero la situación se ha estabilizado".