"La independencia tendría escaso valor añadido para los vascos", dice Castells

La denominada cuestión vasca radica en la actualidad en la dialéctica entre la existencia de una identidad cultural vasca y la ausencia de un Estado nacional vasco, en opinión del profesor de sociología de la Universidad de Berkeley (California) Manuel Castells. No obstante, el sociólogo considera que una hipotética independencia de Euskadi tendría escasa repercusión práctica en la vida diaria de los ciudadanos vascos.

El profesor del Departamento de Sociología de la Universidad californiana de Berkeley cerró con una conferencia sobre La cuestión vasca en el contexto global las jornadas del congreso Vascos en el mundo contemporáneo que comenzaron el lunes en Reno (EE UU), organizadas por el Programa de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada. A su juicio, las dinámicas que llevan a la creación de un conjunto de relaciones mundiales globales en diversos campos han provocado el surgimiento de lo que definió como "movimientos de resistencia frente al peligro de la homogeneización", que a su juicio están basados en la reafirmación de los rasgos distintivos propios en cuestiones como las creencias religiosas o la identidad nacional o regional. Castells opina que la cuestión vasca se mueve hoy entre la conciencia de una identidad diferenciada y la aspiración a constituir un Estado nacional vasco. No obstante, considera que el proceso de construcción europea, con la desaparición de facto del Estado-nación tradicional, resta contenido a ese sueño, ya que la obtención de la soberanía plena no tendría repercusiones prácticas en la vida de los ciudadanos vascos. Para el profesor Castells, el Estado vasco existe hoy en el conjunto de instituciones que hacen posible el autogobierno y que, en su opinión, pueden trabajar en la formación de la identidad nacional. Por ello, la cuestión de la independencia es, a su juicio, "un problema exclusivamente simbólico, no práctico". "Aunque esto no quiere decir que no sea importante, ya que las cuestiones simbólicas son a veces las más importantes", matizó. Precisamente, es el vaciamiento del Estado por la cesión de soberanía a la UE y a las autonomías lo que hace cobrar especial importancia a símbolos como la enseñanza de la historia o el himno nacional. Según Castells, la propia evolución social e histórica pueden solventar el conflicto vasco en cuestión de dos generaciones, a no ser que se establezca una confrontación de identidades. En ese caso, dijo, los problemas podrían perpetuarse con un conflicto entre identidades que, en líneas generales, identifica con "la genética abertzale y el imperialismo nostálgico español".