Alta tensión en Birmingham

La tensión se mastica en Birmingham. El Atlético se juega su futuro esta noche. Y no se trata del tópico al uso en los acontecimientos deportivos. Esta vez la frase es real en toda su extensión. El destino del club, de muchas de las personas que trabajan en él, depende del desenlace de hoy. Tal vez no con carácter inmediato, pero sí con la vista puesta en el 30 de junio. Jesús Gil se ha puesto por delante, ha tomado el mando. Y maneja la situación, que tiene aspecto de desesperada, a su manera, con declaraciones duras, reuniones a diestro y siniestro, advertencias, haciendo mucho ruido, para que nadie ignore la gravedad del momento. Todo, pues, queda en manos de un partido, el que disputa esta noche (20.45, Antena 3) ante el Aston Villa, correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la UEFA.Tenía sus dudas Radomir Antic en el aeropuerto de Birmingham. "No sé si el presidente hablará con los jugadores... Su mensaje ya está claro... Y la preparación es una...", no parecía muy partidario el técnico de que Gil interviniera. Pero cualquier esperanza que albergara entonces, desapareció por la tarde. En cuanto asomó la cabeza por el hotel de concentración, el dueño del club se remangó y se metió en faena. Primero habló a solas con Futre, el mejor interlocutor de la plantilla cuando de tratar con Gil va la cosa. Luego, convocó a los jugadores, a los que levantó de la siesta, y les soltó un monólogo de cinco minutos: fue una dura regañina. Sólo estaban los jugadores, Antic no. Al técnico le llegó después el turno de dialogar con el jefe, también de forma individual. Mientras, los futbolistas mantenían otra reunión por su cuenta. Fue un baile raro, poco habitual, demasiado significativo. Estamos ante el punto de inflexión de la temporada rojiblanca, tal vez el de toda una etapa.

Los aspectos deportivos han quedado a un lado. El club exige a los suyos un gesto, otra actitud, un único resultado: la clasificación. El Atlético parte con la ventaja del marcador (1 -0, en la ida), pero otras perspectivas le perjudican: el factor campo, su, estado actual y el del rival, que aparece crecido y en racha, que intimida, que llega casi intacto (sólo tiene lesionado a Scimeca), con sus mejores futbolistas recuperados.

Para Antic, el duelo es una cuestión de "capacidad y carácter". Y por ahí, los jugadores coinciden con su técnico. Algunos futbolistas, además, le han descubierto al partido matices beneficiosos: Andrei se ve en su salsa -"éste es un choque para jugar duro"-, Aguilera intuye un buen paisaje para explotar su velocidad -"si quieren ganar, ellos se tendrán que abrir"-, y Santi se agarra a la estadística -"sabido es que nosotros fuera de casa siempre marcamos"-. Pero de reojo, todos miran hacia el mismo lado, hacia Kiko y Vieri, convencidos de que el futuro de la eliminatoria pasa por sus botas, por la habilidad que demuestren para conectarse. Luego, está Pantic y su laboratorio a balón parado. Y también, Bejbl, al menos a ojos de Antic, para quien el checo será una pieza vital. "Nos dará más poder de presión del que tuvimos en la ida".

Pero el técnico serbio anda preocupado. Ve al Aston Villa muy fuerte, "porque se está recuperando en todos los aspectos". Le inquieta el carácter balsámico que ha supuesto en Villa Park la llegada de John Gregory al banquillo. Y las recuperaciones de Milosevic, de Yorke, de Collymore, "todos delanteros de alto nivel". Y más que Draper, el hombre que se comió el centro del campo del Atlético en el segundo tiempo de la ida, teme a Taylor, " por su llegada y potencia", y a Staunton, que "distribuye desde atrás el juego ofensivo y tira las faltas con acierto". Antic está sudando, como todo el Atlético. El futuro de muchos depende de lo que suceda en estos 90 minutos de juego.

Aston Villa: Bosnich; Ehiogu, Southgate, Staunton; Grayson, Draper, Taylor, Wright; Yorke; Collymore y Joachim o Milosevic.

Atlético: Molina; Aguilera, Santi, Andrei, Prodan; Caminero, Bejbl, Pantic, e o Vizcaíno; Kiko y Vieri.

Árbitro: Van der Ende (Holanda).