Sanidad ordenó este mes a los laboratorios que no importaran sangre británica

El Ministerio de Sanidad se dirigió el pasado 9 de febrero a la industria farmacéutica en España para que ningún laboratorio importara plasma procedente el Reino Unido para elaborar sus productos. La decisión es fruto de una primera reunión mantenida en Londres el 25 de enero en la que expertos de la Agencia Europea del Medicamento se manifestaron a favor de esta medida para evitar riesgos relacionados con la posible transmisión de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfelt-Jacob, también llamada mal de las vacas locas.De la segunda reunión el pasado miércoles también en Londres surgió la decisión británica de retirar de su propio mercado hasta 33 productos elaborados a partir de la sangre, simplemente ante la posibilidad de un riesgo teórico, aún no confirmado por ningún estudio, según explica José Félix Olaya, subdirector general de Evaluación de Medicamentos de la Dirección General de Farmacia, asistente a la reunión.

Entre otros derivados sanguíneos muy utilizados en la elaboración de fármacos, la albúmina se usa como estabilizador en las vacunas virales. Olaya aseguró a este periódico que en España "no hay medicamentos elaborados con hemoderivados a partir de plasma del Reino Unido". Y añadió: "En las vacunas lo hemos comprobado una por una y puedo asegurar que no tienen albúmina británica".

El pasado noviembre, sin embargo, Sanidad tuvo que ordenar la retirada de los hospitales de un lote de un radiofármaco, una vez confirmado que el donante británico había fallecido a consecuencia de la Creutzfelt-Jacob.

Olaya insistió en que la decisión trata de "evitar un riesgo teórico", dado que esta nueva variante tiene unas características clínicas y epidemiológicas distintas a su forma tradicional: afecta a adolescentes y adultos jóvenes y su evolución es muy rápida. Oficialmente sólo se han registrado 23 casos en el Reino Unido y uno en Francia. "Hay que contar con que se trata de una enfermedad emergente", subraya Olaya, aludiendo a la falta de previsión mundial que hubo en su día con el sida.