Unas relaciones difíciles

Así como Reagan intentó hacer de la mejora de las relaciones con la URSS la pieza fundamental de la política exterior en su segundo mandato, Bill Clinton mira hacia China para ocupar un lugar en los libros de historia. La visita esta semana de Jiang Zemin mostró las dificultades de intentar construir una relación estable con China. ( ... ) El trato del Gobierno chino a sus ciudadanos, especialmente hacia aquellos que piden más democracia, libertad religiosa y respeto a la excepción cultural del Tíbet, es para los norteamericanos el aspecto más delicado de unas relaciones completas. ( ... ) El acuerdo más importante se alcanzó sobre el medio ambiente y permitirá la venta de tecnología para ayudar a China a reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. No sólo será beneficioso para las empresas norteamericanas. La rápida reconversión de China hacia una tecnología limpia, el país más poblado del mundo y uno de los de mayor crecimiento es crucial para alcanzar los objetivos medioambientales. Las promesas chinas sobre la proliferación nuclear quizá sean poco sólidas, pero Clinton ha hecho un buen trabajo al reafirmar los valores democráticos norteamericanos mientras promocionaba sus intereses estratégicos y comerciales. Para avanzar hacia el tipo de relaciones estrechas y saludables, que, según ambos dicen, es su último objetivo, Clinton necesita más ayuda de Jiang de la que hasta esta semana ha tenido. 31 de octubre