Los mejores, por narices

El vino también se examina en junio. Uncis 125 sumilleres, seleccionados entre los mejores de cada comunidad autónoma por sus respectivas asociaciones provinciales, se enfrentaron en la Hostería del Estudiante de Alcalá de Henares a un difícil reto: elegir los mejores vinos de España en cada categoría. Sólo fueron ocho los afortunados que se llevaron los oscars del vino, un trofeo cada vez más cotizado en ámbitos profesionales. Espumosos, blancos, blancos con madera, rosados, tintos jóvenes y con crianza, dulces y generosos compitieron en cata ciega y controlada por notario. Los paladares se afinaron y 230 botellas anónimas desfilaron bajo el exigente tamiz sensorial de los profesionales.Un especial cónclave del vino que dio lugar tan sólo a siete fumatas blancas diferentes, ya que el premio de los rosados se quedó desierto: sólo pasaron las semifinales previas tres de ellos, cifra poco representativa.

Pero los oscars del vino ya tienen. nombre: Manzanilla Solear (generosos), Augustus Chardonnay,96 (blancos con crianza), Pazo de Señorans 96 (blancos jóvenes), Fariña 196 (tintos jóvenes), Noé (dulces), Anna de Codorníu Reserva (espumosos) y Valsotillo Gran Reserva 89 (tintos con crianza). Este último, con denominación de Ribera del Duero, hizo doblete al ganar el Premio Especial del Jurado Internacional como Mejor Vino del Año.

Numerosos personajes representativos del mundo del vino actuaron como maestros de ceremonias en una prestigiosa muestra que, organizada por la revista Vino y Gastronomía, cumple en esta edición su quinto año.

La Nariz de Oro, el más difícil todavía, vino después. En copa negra y únicamente ayudados por el olfato -utilizar el gusto o la vista suponía la inmediata descalificación-, los sumilleres tenían que dilucidar qué tipo de bebida les había sido servido y sus características. Todo ello en 15 minutos. Ganó Félix Bonilla, que actualmente trabaja para Bodegas Torres. Únicamente los catavinos vestidos de luto para la ocasión cortaban el aire.

Mientras, el pintor manchego Antonio López, creador de este trofeo, patrocinado por Osborne, se movía entre los concurrentes, dando testimonio, a pesar de ser un declarado abstemio, de su interés por el mundo del vino como cultura.

Luis Magaña, editor de Vino y Gastronomía, destacó la "importancia de este encuentro que busca unificar protagonistas y defensores del mundo del vino". Y como broche final, el reconocimiento al mejor sumiller. Ceferino Cimadevilla, presidente de la Asociación de Sumilleres Asturianos, fue elegido por los restantes asistentes como su mejor representante.