Los militares derrocan al presidente civil de Sierra Leona elegido hace 14 meses

La capital de Sierra Leona, Freetown, amaneció ayer con explosiones de granadas de mortero y tiroteos de armas automáticas y de grueso calibre en las proximidades de la presidencia y del cuartel general del Ejército. Poco después, el cabo Gborie, que se presentó como el portavoz de los golpistas, hablaba en la radio nacional: "A partir de ahora, el Estado está en manos del Ejército. Todo está bajo control. De momento no hay víctimas".

Los golpistas decretaron el cierre de fronteras y constituyeron un Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas para gobernar el país. El comandante Jolly Paul Koroma se presentó en la radio esta madrugada como nuevo jefe de Estado del país. Los militares tomaron el poder en el tercer golpe en cinco años, derrocando al presidente Ahmad Tejan Kabbah, a quien habían cedido la autoridad hace apenas 14 meses. El presidente, gran vencedor de las elecciones multipartidistas de 1996, abandonó Freetown hacia el exilio en Guinea-Conakry.Los golpistas exigen el regreso de Foday Sankoh, jefe histórico del rebelde Frente Unido Revolucionario, retenido desde hace dos meses en la suite de un hotel de la capital nigeriana por las autoridades militares de ese país, o del teniente Solomon Saj Musa, antiguo vicepresidente de la Junta Militar y jefe del Gobierno entre abril de 1992 a junio de 1993, y exiliado posteriormente en el Reino Unido. Este oficial está considerado como uno de los duros de aquella junta.

Mientras los soldados se apoderaban de vehículos privados y públicos, los habitantes de Freetown permanecían encerrados en sus casas a la escucha de los comunicados en la radio, con el. ruido de fondo de ráfagas y explosiones. Fuentes sanitarias indicaron que varias decenas de heridos de bala, civiles y militares, habían sido hospitalizados en la capital. En diversos barrios de la ciudad se produjeron actos de pillaje. Los enfrentamientos en los alrededores de la Presidencia opusieron los soldados golpistas a las fuerzas de seguridad, nigerianas y de Sierra Leona, encargadas de proteger las instalaciones estratégicas de la capital. El cabo Gborie hizo un llamamiento al contingente nigeriano a deponer las armas.

La rivalidad entre el ejército regular, marginado por el poder y a menudo acusado de incompetencia, y los kamajors, milicias de cazadores tradicionales, podría ser una de las causas del golpe de Estado, según estimaban ayer fuentes diplomáticas en Freetown. La Commonwealth se apresuró a condenar este nuevo golpe en Sierra Leona, uno de los países más pobres del globo, cuyos recursos mineros y turísticos han sido devastados por más de cinco años de guerra civil. Los 4,6 millones de habitantes tienen una esperanza de vida de 39 años, la más baja del mundo.

Sierra Leona es una ex colonia británica formada a partir de un asentamiento fundado por esclavos liberados, y que accedió a la independencia en 1961.