Crivillé regresa a la estela de Doohan

El circuito de Suzuka aplaudió ayer al mismo vencedor que siete días antes en Malaisia. Ganó otra vez Mick Doohan. Y de nuevo el segundo fue Álex Crivillé. Pero la carrera japonesa nada tuvo que ver con la de Shah Alam. El piloto español volvió a ser la sombra de su rival australiano. Le llevó hasta el límite, a decidir la batalla en el último momento, como acostumbró a hacer en 1996. Así es como el noi de Seva puede aspirar a ser el número uno, aunque por ahora pierda dos a cero en las confrontaciones de ésta temporada.El Gran Premio de Japón de 500cc: devolvió la intensidad que tanto interés ofreció el año pasado. Con los mismos protagonistas, con los mismos argumentos, pero sigue siendo fuente inacabable de emoción. Los intentos de Crivillé por adelantar a Doohan en la última vuelta y el pilotaje perfecto del tricampeón defendiendo su liderato devolvieron el Mundial a la realidad. El paseo marcial de Doohan en la inauguración en Malaisia fue sólo un espejismo. El duelo existe y continúa. Se verá en Jerez dentro de dos semanas.

"Lo he intentado, pero ha sido imposible", dijo Crivillé, "aunque estoy contento porque he vuelto a estar delante y he peleado por el triunfo". Para derrotarle y conseguir la 36ª victoria de su historial, el actual número uno tuvo que recurrir a toda su habilidad y experiencia. Incluso superó el récord de la pista.

Al principio, sin embargo, parecio que había otro protagonista. El local Tadayuki Okada, tercer componente de la escudería Repsol-Honda, se subió a las barbas de sus jefes para agradar a los espectadores japoneses. En las primeras vueltas mandó con autoridad, hasta con ventaja. Pero abusó de sus neumáticos y lo pagó.

Mediada la carrera se restableció la jerarquía. Doohan asumió la primera posición, seguido muy de cerca por Crivillé. Y así llegaron hasta el desenlace, que favoreció por la mínima -cuatro décimas de segundo- al australiano a pesar de los ataques de su delfín. "En Jerez volveré a intentarlo", comentó el piloto catalán. El Gran Premio de España se disputará el próximo 4 de mayo en el trazado andaluz.

La jornada fue otra vez completa para la escudería Repsol-Honda. Primero, segundo, tercero y cuarto. Los demás se repartieron las migajas. Ni siquiera el ídolo local Norifumi Abe (Ya'maha), vencedor del Gran Premio de Japón el año pasado, pudo inquietar a la marca hegemónica del presente.

Por su parte, los pupilos de Sito Pons, Carlos Checa y Alberto Puig (Movistar-Honda), estuvieron discretos. Checa salió mal y arrastró ese pecado toda la carrera. No pudo juntarse con los de delante y terminó quinto. Puig no encontró nunca el ritmo y se clasificó octavo. Los otros dos pilotos españoles de la categoría reina, Sete Gibernau (Yamaha) y Juan Bautista Borja (Elf), sufrieron sendas caídas sin consecuencias.

Todos ellos tendrán la siguiente oportunidad en casa, en el circuito de Jerez, donde los fieles volverán a viajar en masa con la intención de asistir sobre todo a la esperada venganza de, Álex Crivillé sobre Mick Doohan. De momento, tras la dos primeras carreras del campeonato, la situación favorece al australiano, que llega a Europa como líder del Mundial tras el periplo transoceánico. Pero la amenaza del número dos está encima.