Un ejemplo populista y provocador

Mientras Yeltsin intervenía en la lujosa sala del Kremlin que antaño sirvió de escenario a los plenos del Comité Central del Partido Comunista de la antigua Unión Soviética, los diputados del Parlamento poscomunista ruso no permanecieron con la boca cerrada, sino que se dedicaron a expresar su disconformidad con un sordo murmullo de fondo.El murmullo amenazó con convertirse en algo más serio en una ocasión, después de que el presidente pronunciara una frase de corte populista que podría traducirse libremente como "el poder engorda".
Como ilustración, Yeltsin puso un ejemplo provocador que, por lo visto, resultó falso. Dijo haber recibido una carta de la Asamblea Federal en la que se proponía construir una sede parlamentaria por valor de 10 billones de rublos. "Es intolerable", dijo Yeltsin, y agregó venenosamente: "Ese dinero basta para devolver las deudas a los maestros y a los médicos".
El ejemplo no podía estar peor elegido, si se tiene en cuenta el ejemplo del KremIin, donde Yeltsin ha renovado lujosamente sus dependencias donde han aparecido aposentos de trabajo para su esposa, y el ejemplo del Gobierno, instalado en el edificio que fuera la antigua sede del Parlamento, renovada a conciencia después del cañoneo de octubre de 1993.
Eso sin considerar las numerosas dachas y residencias oficiales de los dirigentes rusos y su estilo de vida. El jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, por ejemplo, hizo talar bosques para ir a cazar osos en coche y construir una pista de aterrizaje de helicópteros.
Las cámaras parlamentarias, ofendidas, protestaron oficialmente. La idea de construir una sede parlamentaría surgió hace tres años, y el proyecto pertenecía al Gabinete presidencial, recordó ayer un portavoz del jefe del Consejo de la Federación. "Nuestra crítica es inmerecida", dijo Selezniov.
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