El escritor portugués José Saramago trabaja actualmuente en sus memorias

El escritor portugués José Saramago está escribiendo sus memorias infantiles. "No me gusta llamarlas memorias. Se trata más bien del descubrimiento del niño que fui y que en algún momento de la vida abandoné". Saramago, que ha intervenido en El Escorial en el curso El cuento hispanoamericano. Homenaje a Juan Rulfo, comenta la dificultad para hacer llegar al público los cuentos: "Si hoy existieran Guy de Maupassant o Antón Chejov tendrían muchos problemas para que editaran sus escritos, que eran casi todos cuentos".Para Saramago, "el escritor es un ciudadano como otro, pero que debe devolver a sus contemporáneos la parte que alcanza de lucidez, belleza y solidaridad". Su último libro, Ensayo sobre la ceguera, es una metáfora: "Creo que hay mucha ceguera en el mundo y este mal se extiende. Claro que no es una ceguera física, o al menos no solamente. Pienso que no estamos usando la razón de forma racional. Usamos la razón para, por ejemplo, llegar a la Luna, pero somos incapaces de usarla para llegar a la gente, que es el universo más cercano que tenemos".

En cuanto a su filiación política, es inequívoca: "Siempre he sido comunista, sigo siéndolo y no veo razón para dejar de serlo". La caída de la URSS no le ha impresionado mucho: "Era algo que se veía venir"-, dice. "Yo nunca fui entusiasta de la Unión Soviética y siempre pensé que la construcción del socialismo sin participación de los ciudadanos no tenía futuro". Sobre la democracia ironiza: "Es un sistema tan bueno que permite hacer cosas contra la democracia democráticamente".

Pese a su compromiso político, Saramago cree que la profesión de escritor exige absoluta libertad: "La realidad es una torre con muchas ventanas. No hay que asomarse por una, sino por todas. De manera que el escritor puede utilizar el naturalismo, el surrealismo, el realismo mágico o lo que quiera. Siempre son formas de la realidad".