El Hércules hace sufrir al Atlético

Otra vez a balón parado. Sólo así consiguió el Atlético salir vivo de un partido que no le dejó en buen lugar. En la peor, en sus noches más discretas, como la de ayer, al Atlético siempre le quedan las acciones estáticas, ésas de las que el laboratorio de Antic fabrica a miles. Y así mantiene el tipo. Un córner, un libre indirecto y una olla dejaron ayer de pie al bicampeón en una reunión que mereció perder con holgura. El Hércules, pese a su cartel de recién ascendido, fue superior.El Atlético lo pasó mal. Muy mal. El Hércules consiguió meterle en mil problemas desde el principio. Para empezar, le dejó sin la pelota. Le presionó fogosamente hasta ahogar su posesión y le ganó con energía y decisión en todos los balones divididos. Por si fuera poco, se la lió en ataque. Los de Antic volvieron a tirar la defensa muy arriba, pero su cacería de fueras de juego, aunque cobró piezas, no fue efectiva. El Hércules salía ileso una y otra vez: con pelotas cruzadas, con globitos por encima, con desmarques en diagonal, con arrancadas por la banda... Molina se hartó de trabajo.

Después de mucho insistir, Varela, en una acción excelente -rompió desde atrás un fuera de juego y sin dejar caer al suelo un servicio picado de Paquito superó a Molina con un globo-, entregó al Hércules el premio que perseguía. El 1-0 descompuso al Atlético, que vivió el último cuarto de hora de la primera mitad a expensas del rival, sometido a sus cargas al contragolpe y fuera, de sí.

Kiko, en un lance mitad laboratorio, mitad churro, resucitó al Atlético para la segunda parte. Pero el partido conservó su guión, con los alicantinos al mando y los madrileños a verlas venir. Y así, donde el Hércules capturó goles a base de doblar una y otra vez la línea rojiblanca, el Atlético los encontró de nuevo en sus acciones de estrategia. El empate se resolvió en la tanda de penaltis. Y, claro, como se trata de lanzamientos a balón parado, ganó el Atlético. Son su seguro.