Malas perspectivas para la paz
La media tonelada de explosivos de fabricación casera, que hizo saltar por los aires los Docklands londineses, el 9 de febrero pasado, causando dos muertos, dejó malherido el proceso de paz de Irlanda del Norte. El IRA hizo oír su voz sin que, hasta el momento, la interpretación de este brutal lenguaje haya sido entendido completamente por nadie.Los líderes del Sinn Fein atribuyeron a este atentado curiosos efectos de aceleración del proceso de paz. John Major ofreció, al fin, una fecha para las conversaciones de paz, que comenzaron el pasado 10 de junio. Pero la exigencia de que los Provisionales restaurasen el alto el fuego roto ese viernes de febrero no llegó a tiempo para permitir al Sinn Fein ocupar sus asientos en la mesa negociadora, inaugurada el pasado lunes.
No sólo eso, el fin de semana anterior, un presunto comando del IRA asesinó a un miembro de la Garda (policía irlandesa) y dejó malherido a otro. En un primer comunicado, la organización terrorista negó su participación en los hechos. Más adelante, los Provisionales rectificaron y reconocieron su responsabilidad en un crimen "no autorizado" que ha causado indignación en Irlanda.
Sin embargo, en docenas de artículos publicados en la prensa británica, los analistas aseguraron que la nueva tregua era un hecho. "La pregunta no es si habrá alto el fuego, sino cuándo", explicaba uno de los expertos en la trama del IRA.
Si el atentado de ayer en Manchester es, como todo parece indicar, obra de los Provisionales, la cosa se complica un poco más. Y la negativa del IRA a aceptar las negociaciones de paz en los actuales términos queda ya fuera de toda duda. Al mismo tiempo, la tesis de una posible escisión en el seno del movimiento republicano, apuntada de nuevo ayer por varios políticos norirlandeses, cobraría nueva fuerza.
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