La delegación rebelde se siente molesta por el gesto imprevisto

El viaje del presidente Borís Yeltsin a Chechenia fue una verdadera sorpresa también para la delegación negociadora chechena dirigida por Zelimjan Yandarbíev, que ayer protestó por haber sido aislada de la prensa y dio muestras de estar molesta por la iniciativa del líder ruso. Tras un día de negociaciones en una dacha gubernamental en las afueras de la capital, los independentistas regresaron a su república anoche en el avión del presidente de Ingushetia, que les había llevado a Moscú el día anterior. Jozhajined Yarijanov, uno de los miembros de la delegación chechena, manifestó a la agencia Interfax que la delegación había sido "intencionadamente aislada de los medios de comunicación".El jefe de la delegación de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) en Grozni, Tim Guldimann, que acompañó a los chechenos al Kremlin, se mostró satisfecho del resultado de las conversaciones, pero manifestó que existían "ciertas dudas" sobre la posibilidad de cumplir el acuerdo de alto el fuego que comienza en la noche del viernes al sábado próximos.

El general Lev Rojlin, veterano de Chechenia, que dirige la comisión de Defensa de la Duma estatal, confesó no estar seguro de que los chechenos pudieran cumplir las condiciones del acuerdo y que éstos podrían tener algunas dificultades con guerrilleros como Shamil Basáiev. Según Rojlin, el plan de regulación de Chechenia debe prescindir de Basáiev, autor hace un año de la toma del hospital de Budiónnovsk. El crítico general Albert Makashov, miembro del grupo comunista de la Duma, opinó que la situación estará tranquila durante un mes o dos y luego volverán los disparos.