Aragonés, contra su hogar

La historia le reserva a Aragonés algún tipo de vinculación secreta con el Valencia. Ya hace 25 años, cuando jugaba en su Atlético, le proporcionó un título al Valencia, aunque fuera sin pretenderlo. Llegaron igualados Atlético, Barcelona y Valencia al último partido de la Liga de 1970/71, el Valencia caía en Sarriá y el Barca vencía 0-1 al Atlético, lo que le daba el campeonato al equipo catalán. Pero surgió Luis, marcó y aquel empate le dio su cuarta Liga al Valencia, la última hasta hoy del club valenciano.Esta vez Luis Aragonés ha puesto mucho más de su parte para que el Valencia llegue en condiciones de conquistar otra Liga, después de un cuarto de siglo. Y lo seguirá haciendo hasta el final, esta noche en Balaídos ante el Celta, pese a que tenga que arrebatarle la Copa al club en el que se formó como futbolista, primero, y técnico, en tres etapas distintas.

Pero para este trotamundos del fútbol con más de 500 partidos de preparador en Primera División. queda poco espacio para el romanticismo. Si acaso preferiría que ganara el Atlético de Madrid antes que cualquier otro, si ese otro no fuera su equipo, esta vez el Valencia, un conjunto que le ha salido de las entrañas, que se puede decir que lo ha inventado, después de que el anterior técnico, Carlos Parreira, practicara con casi la misma plantilla una especie de escabechina.

No es que Luis quiera desprenderse de su relación con el Atlético, de cuya historia forma parte inevitable (como técnico ganó una Liga, una Copa Intercontinental y dos Copas del Rey), pero su deseo de vencerle es incluso más grande que respecto al resto de rivales. El día en que el Valencia venció 2-3 en el Calderón y se echaba encima del líder, Luis tuvo una satisfacción Come) pocas veces la había tenido.