Cursillos

No, si aparte del cursillo de Internet, cocina china e inglés, para estar al día resulta que además tengo que hacer el de ligar.¡Qué mala suerte he tenido, porque en mi facultad a nadie se le ocurrió organizar un seminario! Si ya lo intuíamos mis amigas y yo (de treinta y pocos) cuando comentábamos con extrañeza la ausencia de ligues (sobre todo ahora que somos más talluditas). Vamos, que acabo de darme cuenta de que es casi más fácil que toque la primi que conseguir al hombre de tus sueños (o las aproximaciones con las que todos nos conformamos), porque la mayor parte de los encuentros se frustran por falta de técnica (no de trucos).

También ahora sé por qué el hombre que me gusta, a pesar de las horas invertidas en acercarme, no me hace apenas caso: no tengo la menor idea de cómo se hace eso de ligar, y si alguna vez lo he hecho (reconozco que no me ha ido mal del todo), habrá sido muy a pesar mío, ya que siempre me atocino y muestro la faceta más absurda de mi personalidad, que por otra parte debe de ser la que mas se aproxima de una forma natural a las técnicas que enseñan en los cursillos.

A lo mejor me ahorro todas las angustias que he sufrido (y sufro) cuando me gusta alguien y afronto el trago de ligar tan fácilmente como comerme un cocido, lo cual me evitaría adelgazar unos cuantos kilos, tomarme un par de copas de más para echarle valor y fumar como una loca. Y si es posible, tanto él como yo podríamos usar el tiempo que no hemos gastado en marear la perdiz yéndonos a cenar, dando un paseo, etcétera. Corro a apuntarme, no vaya a quedarme sin plaza.-