"Es positivo que se hagan apuestas como la del Guggenheim"

Miguel Zugaza, de 31 años, ha abandonado su puesto de subdirector del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa de Madrid, para hacerse cargo de la dirección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, cuya primera tarea es definir un plan director. En la pinacoteca convive una colección de pintura antigua con los fondos de arte vasco y contemporáneo. El cambio en la dirección del museo -Motivado por la jubilación del anterior responsable, Jorge de Barandiarán- llega un año antes de la fecha prevista para la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao. "Es positivo que en el País Vasco se hagan apuestas como la del Guggenheini", declara.Frente al presupuesto multimillonario de construcción y mantenimiento de la sede Guggenheim en el País Vasco, Bellas Artes, sostenido por las mismas instituciones (el Gobierno Vasco, la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento) dispone anualmente de unos 300 millones de presupuesto, de los que sólo 17 se dedican al montaje de exposiciones temporales. El primer objetivo de Zugaza para afrontar la nueva etapa es presentar antes del verano un plan director para el museo bilbaíno.

Pregunta. ¿La estrechez presupuestaria es el principal obstáculo que encuentra la gestión de este museo?

Respuesta. Creo que no. Lo más importante es estudiar y definir un proyecto de museo para un centro que tiene su historia y su personalidad, pero también grandes prespectivas de futuro. Antes del verano estará listo el plan director.

P. ¿Cómo va a repercutir la apertura el próximo año del Museo Guggenheim de Bilbao?

R. Son museos suficientemente distintos como para ser complementarios. El Guggenheim tiene una vocación contemporánea, centrada principalmente en el siglo XX. El Museo de Bellas Artes es más histórico, no cierra las puertas a , lo contemporáneo, pero no tiene el objetivo de incidir directamente en el debate de la actualidad artística. Creo que hay que trabajar en la línea de buscar el lugar de cada uno de ellos y establecer una oferta complementaria. -

P. ¿Qué consecuencias tendrá entonces sobre la sección de arte contemporáneo?

R. Habrá que modelar un perfil para la colección muy distinto del que tendrá el Guggenheim. Yo creo que la orientación del arte contemporáneo en el Museo de Bellas Artes tiene que poner el arte vasco en el contexto internacional. No hay que olvidar el interés del museo desde su fundación en este campo y seguir en la misma línea sin entrar en una competición.

P. ¿No cree que supone un agravio para el museo que las instituciones vascas destinen más de 10.000 millones a la construcción del Guggenheim y 5.000 millones a la compra de obras para la colección?

R. Un proyecto de esas características exige una inversión altísima, pero en su momento también lo. fue la creación del Museo de Bellas Artes. Ahora es el turno de una apuesta muy ambiciosa, que supera con creces lo que se ha hecho hasta ahora en iniciativas de este tipo. Esto no quiere decir que no defienda para este museo lo que necesite. Tengo constancia de que las instituciones no lo van a abandonar y van a ayudar a que renueve su imagen y se adapte a la nueva situación. No me siento agraviado; al contrario, creo que es positivo que en el País Vasco se hagan apuestas como la del Guggenheim.

P. ¿Recurrir a los patrocinadores es la vía para conseguir mayores recursos?

R. En realidad, es la tradición de este museo. El estrecho vínculo que ha tenido desde su fundación con la sociedad civil, con los particulares, le ha dado su personalidad.