Detenidos 34 neonazis que vendían droga y daban palizas por encargo

Centuriones, en España; Ángeles del infierno, en Estados Unidos. La estética es la misma: estructura paramilitar, uso y abuso de determinadas motos, propensión a la pelea, tráfico de drogas, robo de vehículos, exhibición de símbolos nazis, xenofobia. Todas estas características son comunes a los 34 detenidos en la noche del jueves en Barcelona y ciudades limítrofes.La investigación que culminó anteanoche llevaba meses en gestación en el juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona. La policía actuó en la noche del jueves, porque ese día estaba convocada la reunión del comité de dirección del grupo. En total, además de los 34 detenidos -30 hombres y 4 mujeres, todos ellos con edades de entre 20 y 30 años- hay unas 70 personas más adscritas a una organización que, según opinan el fiscal, José: María Mena, y la policía, tiene muchas características de una secta con finalidades delictivas lucrativas. Las detenciones se han efectuado por estar acreditadas, según la policía, al menos seis agresiones en las que se han producido heridos.

La prueba

Para entrar en el grupo había que superar una prueba, consistente en pegar a un miembro de una banda rival. Rivales eran todos Ios skins y otro grupo de motoristas. Éstos llevan el mismo tipo de motocicleta que los centuriones pero llenas de mugre, mientras que los detenidos las acostumbraban a llevar siempre impecables. La moto preferida es una marca estadounidense.Los detenidos están acusados del apaleamiento de otras personas, pero también de tráfico de drogas y de robo de coches y motos, de falsificación de documentos y venta fraudulenta de estos vehículos, de cobros a morosos por métodos intimidatorios, y de dar palizas por encargo a cambio de honorarios.

La banda tenía un local social, un taller, una tienda de motos, una correduría de seguros, un local para hacer tatuajes, y un barco, el Constancia, en el Port Vell que se alquilaba para fiestas.

La policía registró varios domicilios de miembros de la banda en Barcelona, Comellà y Sant Cugat del Vallès, en los que encontraron todo tipo de armas: tres escopetas, dos rifles, tres pistolas, abundante munición, sables, cuchillos, machetes y navajas, puños americanos, porras, gases lacrimógenos. Además, contaban con equipos radiotransmisores, material informático, mil dosis de cocaína, 300 dosis de éxtasis, dos barras de hachís, balanzas de precisión, dinero, 23 motocicletas y nueve coches.

La policía atribuye a los centuriones conexión y dependencia con las banda estadonuidense llamada Hell's Angels (Ángeles del Infierno), así como con grupos neonazis de escandinavia y Estados Unidos. Esta organización estaba intentando implantarse en otras ciudades españolas.