La comodidad cuesta 5.500 millones

Las inversiones de Cercanías para 1996, 5.500 millones, se destinan a actuaciones pequeñas, ya que las grandes infraestructuras ya están casi terminadas, explica el gerente Abelardo Carrillo.

Unos 160 millones serán para dotar de escaleras mecánicas a la estación de Atocha (160 millones). En Chamartín, se habilitará el acceso a los andenes por 35 millones. Con ellos se pondrán escaleras automáticas y canceladoras de billetes. Algunas líneas contarán este año con pantallas de información sobre cuánto falta para que llegue al andén el tren. Se colocarán en las líneas C-7 (Alcalá de Henares-Príncipe Pío) y C-8 (El Escorial y Cercedilla), y ya está implantado en la de Móstoles-Fuenlabrada (C-5) y Nuevos Ministerios.

Un total de 1.600 millones (cofinanciados por el Ministerio de Transportes) se destinan a implantar un sistema de señales informático que envía a la cabina del conductor los datos de circulación. Su repercusión para los usuarios será en la puntualidad de los trenes. Y permitirá informarles del punto exacto del andén donde se detendrá el convoy (con un margen de error de 25 centímetros). La línea C-5 (Móstoles y Fuenlabrada a Atocha), será la primera favorecida por esta señalización, que convivirá con las señales verticales. La seguridad se lleva una partida de 200 millones, con las que se pondrán cámaras en la línea Atocha-Parla, la C-5 y la C-7.

Las obras de mayor envergadura se efectúan en las estaciones de Villalba, Cercedilla y Torrelodones, que Cercanías reforma ahora. Y sigue en marcha la construcción de estacionamientos disuasorios, en El Goloso, Collado-Mediano (ambos por 70 millones) y Pinar de las Rozas (700 millones aportados por la Comunidad de Madrid).