Las cadenas de EE UU discuten un sistema de calificación de programas

Las grandes cadenas norteamericanas de televisión, bajo el fuego graneado de la crítica de dirigentes políticos y de grupos de consumidores por la violencia en los contenidos de su programación, discuten un sistema de calificación propio que evite la imposición de normas oficiales y que pueda adaptarse a las exigencias tecnológicas del chip antiviolencia. Los líderes de las empresas del audiovisual podrían presentar su plan al presidente Clinton en la reunión que mantendrán con él en la Casa Blanca el próximo día 29.Las empresas audiovisuales se han resistido tradicionalmente a autocensurar sus programas. En el debate sobre la Ley de Comunicaciones amenazaron con desafiar, por inconstitucional, la exigencia del chip, en nombre de la libertad de expresión, aunque su mayor preocupación provenía de las posibles repercusiones en las tarifas publicitarias de los programas calificados y sujetos al bloqueo en pantalla. Pero en los últimos meses -y más ahora, debido a la campaña electoral- se han multiplicado los mensajes de condena por las diferentes formas de violencia en producciones, películas, series, programación infantil e informativos. En un reciente estudio se demostraba que el 57% de la programación de las cadenas de televisión incluye contenidos violentos y estimula el aprendizaje de comportamientos agresivos: el presidente Clinton y el candidato a la presidencia, Robert Dole, utilizan con frecuencia estos datos cuando hablan de la crisis de los valores familiares.

Los responsables de las cuatro grandes cadenas de televisión (ABC, NBC, CBS y Fox) tratan de llegar a un acuerdo para la autocalificación de contenidos sexuales y violentos. ABC, recién comprada por Disney, ya ha anunciado que está a favor; y CBS, NBC y Fox se han sumado a la corriente porque no quieren que ABC enarbole en solitario la bandera de "la televisión familiar". Fox, del grupo Murdoch, siempre en guardia contra cualquier regulación y con una programación que roza los límites a todas horas y para todos los públicos, se ha "convertido" al autocontrol y no pone ya ningún obstáculo a los sistemas de calificación.