Odisea en la sierra norte

El 21 de diciembre del año pasado, a las doce de la noche, cuando mi marido sufrió una grave hemorragia y tuvo que ser llevado con urgencia al hospital, comprendí la odisea de esta zona. Tardamos en llegar al hospital de La Paz una hora y unos minutos, mientras mi marido tenía otra hemorragia y estaba sin tensión arterial.Esa noche me juré buscar la forma para que nosotros, todos los habitantes de la sierra norte, desde El Molar hasta Somosierra, desde el valle del Lozoya hasta los pueblos vecinos a la localidad de Montejo de la Sierra, tuviésemos un hospital comarcal.

Mientras en Madrid se cambia de médico de cabecera, pediatra o especialistas, nosotros carecemos de médicos pediatras y viajamos hasta cien kilómetros para su consulta o la de los especialistas.

Cuando nuestros abuelos, con sus pocos recursos, llegan al ambulatorio José Marbá, en la calle de Bravo Murillo, deben coger el autobús de las siete de la mañana y comer en Madrid, pues hasta las dos y media de la tarde no tienen el de vuelta, llegando a sus casas entre las cuatro y las cinco de la tarde, o deberán pagar el desplazamiento de un coche, como lo hacen cuando no pueden moverse.

Con los pediatras, el bebé deberá permanecer fuera de su casa, aunque lo lleven en automóvil, una media de cuatro horas.

Un ambulatorio de especialistas y un hospital comarcal en esta zona de Madrid deben ser los objetivos primordiales de los dirigentes de la salud en esta Comunidad, pues, aunque la densidad de población es más reducida, nosotros, adultos, niños y ancianos, debemos ser atendidos con la misma prontitud, interés y tiempo de desplazamiento que el resto de la población. ¿O es que somos ciudadanos de segunda?.-