Los mostoleños hacen planes por la futura universidad
El municipio de Móstoles (199.400 habitantes) se ha identificado con diversos cuentos infantiles desde que se anunció la implantación de la universidad en la pasada legislatura hasta su verdadera llegada en la actual. Primero fue la fábula de Pedro y el lobo: los políticos proclamaban una y otra vez que Móstoles gozaría de este equipamiento educativo, pero muchos padres vieron cómo sus hijos pasaban de bachilleres a licenciados universitarios y soportaban miles de viajes a la capital para estudiar una carrera mientras que Getafe (145.000 habitantes) y Leganés (178.000 habitantes) mimaban a la Carlos III, que repartió sus campus entre ambas localidades en 1989. El anuncio de la construcción de algunas facultades se repitió en la campaña electoral, y los mostoleños, como Pedro, el del lobo, ya no se lo creían.
30.000 vecinos
Pero, a primeros de octubre, los habitantes de Móstoles empezaron a ver, escuchar y leer las noticias en las que el consejero de Educación de la Comunidad, Gustavo Villapalos, del PP, designaba a la localidad como próxima sede universitaria.Desde ese momento el pueblo hizo suyo el cuento de La lechera, y los casi 30.000 vecinos de los barrios de Los Rosales, Estoril II y El Soto, que tendrán frente a sus terrazas las facultades de Ciencias Químicas o la de Empresa y Derecho, ya han comenzado a frotarse las manos ante los cambios que se avecinan.
Carlos García, un vecino de Estoril II, tiene dos hijos que estudian 1º y 3º de BUP, y su esperanza es que por lo menos el pequeño coincida en el tiempo con la apertura de la universidad y así se evitaría desplazamientos fuera del municipio.
En Los Rosales hay una pequeña panadería que regenta Natividad, de 50 años. Aunque esta mujer no piensa enriquecerse vendiendo dentro de dos años el doble de bollos y pan, por lo menos sí podrá pagar las deudas de su negocio más rápidamente gracias a los 12.000 estudiantes que pulularán por la zona.
Quien sí tiene ambiciosos planes de futuro es Antonio Sánchez, un hombre de 47 años que posee un bar en el casco urbano del municipio y que lo piensa cambiar por un local de fotocopias enfrente de la futura universidad. Las cuentas de Antonio, no fallan. "Si consigo hacer 5.000 fotocopias diarias, puedo sacar 625.000 pesetas al mes", dice. Y es que, según Antonio, es fácil hacer tanta copia teniendo en cuenta que "los universitarios estudian verdaderos tochos".
Información
Desde el Instituto Municipal del Suelo, empresa creadora del barrio de Los Rosales con la construcción de 1.500 viviendas de protección oficial, se confirma el aumento de peticiones de información presentadas por particulares sobre el precio de los locales que siguen vacíos en los bajos de los pisos, lo que confirma el enorme cambio que experimentará la zona. Y, ya qué la cosa va de cuentos, todos esperan que la universidad les permita "ser felices y comer perdices".
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