Nueve días

Todos los ámbitos, el jurídico, el político y el populista han sido tocados por los clubes y las ciudades afectadas en nueve días de guerra total. Hasta el Consejo de Ministros trató el asunto. Sólo ha habido una dimisión, la del presidente del Sevilla, Luis Cuervas.El martes 1 de agosto, la Liga deniega la inscripción en Primera del Sevilla y del Celta por faltarles los avales -85 y 45 millones, respectivamente- para la siguiente temporada. La Liga invita al Albacete y al Valladolid, descendidos la temporada anterior, a jugar en Primera. Esa noche no duermen ni medio Sevilla ni medio Vigo.

El miércoles 2 se movilizan las ciudades. Miles de aficionados toman las calles de Sevilla y Vigo en apoyo de sus clubes. Los alcaldes, todos del Partido Popular, cogen la bandera de la protesta. Rafael Cortés Elvira, presidente del CSD, ofrece a los clubes la posibilidad de recurrir. La situación se hace incontrolable. Alcaldes, presidentes de comunidades, fuerzas políticas reclaman una solución.

Cortés Elvira convoca a los medios el jueves con urgencia. "Basta de presiones", solicita. El Sevilla y el Celta presentan sus recursos. El viernes, el Consejo de Ministros estudia el asunto y concluye que la Ley no está bien hecha, que no se puede castigar a las aficiones, sino a los dirigentes. Los servicios jurídicos del CSD se ponen manos a la obra. Solicitan alegaciones al Valladolid y al Albacete para evitar la posibilidad de contra recursos. Continúan las movilizaciones populares. El Valladolid contrata los servicios del bufete de Garrigues.

El lunes 7, la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, envía una carta al CSI). El Sevilla y el Celta añaden más alegaciones. El CSD urge al Valladolid y al Albacete para que se personen antes del jueves 10. El miércoles 9, el Albacete y el Valladolid presentan un recurso conjunto. El jueves10, la solución que intenta contentar a todos: a la Liga, a la Ley del Deporte, al Valladolid, al Albacete, al Sevilla, al Celta y al pueblo.