Falso crecimiento

Todo régimen monetario se caracteriza por las alternativas que ofrece entre la financiación y el ajuste de los desequilibrios. En el nuestro, en el que lo importante no es poder pagar las deudas, sino ser digno de crédito, no es difícil ver qué alternativa domina. Sin embargo, en cuanto alguien en los mercados internacionales alza la voz y grita: ¡riesgo!, todo el mundo echa a correr y sólo queda el ajuste. Esta situación, como bien recuerda EL PAÍS en su editorial del 12 de marzo, "ha hecho posible el flujo de capitales hacia España, que ha venido paliando la endeblez del ahorro interno". Claro que esa misma disponibilidad de capitales ha permitido que no generásemos ahorro propio, y así hemos crecido de mentira, hasta el punto de tener que realizar el ajuste en plena recesión.Por otra parte, el mundo financiero muestra tener vida y lógica propias, y algunas personalidades, en un esfuerzo de sinceridad, reconocen que quizá no estamos preparados para la plena circulación de capitales. Yo no veo nada de dirigismo en ello. De lo que se trata es de no ser tan vulnerables a la histeria, sin duda legítima, del mercado de capitales. Muchas reformas exitosas, por ejemplo en el ámbito público, se han realizado por la vía de restringir las alternativas al ajuste. Si encaramos el tema desde esta perspectiva, puede que haya margen para el consenso... Soros mediante.-