La duda de los populares

La escisión del Partido Popular Italiano (PPI) plenamente en marcha desde que Rocco Buttiglione anunciara ayer que se sigue considerando secretario a todos los efectos y que no acudirá a la reunión de hoy en la que la izquierda del partido elegirá un nuevo líder- añade nuevas sombras sobre las perspectivas del voto de confianza al Gobierno de Lamberto Dini previsto para hoy.Portavoces de las dos alas de este sector ex democristiano, cuyo acuerdo con la Liga Norte y el Partido Democrático de la Izquierda (PDS) fue fundamental para que pudiera ser investido el Gobierno de tregua, aseguraban anoche que todos sus diputados votarían, pese a todo, a favor de Dini. Algún parlamentario afín a Buttiglione comentaba, sin embargo, que su voto estaba por ver, dado que los comunistas votarían por el Gobierno.

Los 39 diputados de Refundación Comunista estaban ayer en el centro de todo el embrollo. La línea oficial es un voto contrario a la maniobra, decisivo para que se cumpla el objetivo de la derecha de derribar al Gobierno. Pero por eso mismo, unos 16 diputados están dispuestos a apoyar el plan de ajuste de Dini. Constituyen una fuerza esencial, sin la que el primer ministro no tendría la más mínima posibilidad de superar la prueba del voto.

Votarán seguro por Dini, políticos procedente de la derecha, el PDS, la Liga, el PPI, y otros grupos menores como los ex democristianos de Mario Segni y los ex socialistas de izquierda. En contra, todo el bloque de la derecha, Refundación Comunista, los reformistas de Marco Pennella, que han vuelto a cambiar de posición en el último momento, los disidentes de la Liga y otros. Teniendo en cuenta todas las disidencias previsibles, anoche se calculaba que Dini podría perder por 314 votos frente a 313. No obstante, el primer ministro decía sentirse confiado sobre el desenlace de una votación que puede precípitar la situación hacia unas elecciones probables, aunque no seguras.