El abogado del PSOE y el preso republicano

Juan Guerra ya no levanta pasiones. Ayer no hubo carreras ni golpes, y el número de efectivos policiales fue menor que en las cuatro causas anteriores por las que ya ha sido procesado el hermano de Alfonso Guerra. El primer día del juicio más político -la utilización del despacho oficial de la Delegación del Gobierno en Andalucía- fue bastante tranquilo. Entre el público que asistió a la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla, se encontraba Francisco Virseda, abogado del PSOE en, el caso Filesa. Virseda se sentó detrás de los bancos habilitados para la prensa, desde donde escuchó con toda atención la declaración de Juan' Guerra y la de Rafael Delgado, secretario del ex vicepresidente del Gobierno, y, después se marchó.

En el rato en que estuvo presente, se creó una complicidad de gestos entre él y Mariano Muñoz Bouzo, abogado defensor de Juan Guerra.

Pese a las recriminaciones del presidente de la sala, el público cuchicheaba cuando alguna intervención resultaba llamativa. Algunos radiaban el juicio y aderezaban sus impresiones con aspavientos e insultos sotto voce hacia los abogados de la acusación.

Eritre ellos había un anciano que cada dos por tres preguntaba quién hablaba. Cuando localizó a los abogados de la acusación, afirmó: "Yo los mandaba a un campo de concentración". A continuación esgrimió un carné que demostraba su fidelidad a la II República y explicó que estuvo preso en un campo de prisioneros de Francia.