Los futbolistas argentinos tendrán que someterse a controles de cocaína

La temida rinoscopia, el examen de las fosas nasales para detectar el consumo de cocaína, se incorpora como análisis de rutina a los jugadores convocados a integrar la plantilla de la selección argentina de fútbol. El anuncio hecho por el nuevo entrenador, Daniel Passarella, fue confirmado por el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona. Jugadores y entrenadores han reaccionado en contra.

Los destacados del oficio se han colocado en fila, de a uno en fondo, para inicia r el ataque contra Passarella. "Es una estupidez, una actitud demencial y gravísima", ha dicho César Menotti, el entrenador del Boca. Menotti explicó además: "Siempre se han hecho todo tipo de análisis a los futbolistas, pero nunca se anuncian a la prensa ni se dan a conocer sus resultados. Es un secreto médico y un derecho inalienable del jugador, sólo él puede disponer de esa información"."La decisión de Passarella es una vergüenza que ofende a todos los jugadores argentinos", agregó Diego Maradona. El último capitán de la selección, Óscar Ruggeri, coincidió con los que calificaron de "estupidez" el anuncio y advirtió lo que puede ocurrir en el futuro cuando un jugador tenga que salir de la plantilla por motivos diversos que no queden claros ante la opinión pública: "No quisiera estar en el lugar del que le toque pasar por eso, no va a faltar quien diga que en la rinoscopia le probaron que consume cocaína. ¿Y cómo se saca luego esa mancha de encima?".

El presidente de la AFA, Julio Grondona, mantiene que "todos los exámenes son necesarios en el deporte de alta competencia porque eso nos permite estar tranquilos". Passarella ha hecho una bandera de sus normas estrictas y multa cuando no se cumplen. El ex capitán de Argentina y nuevo seleccionador, jugador con fuerte personalidad en el campo la ha traspasado al banquillo.

Fue precisamente un gobernador, Ramón Saadi, de la provincia de Catamarca, el que pidió hace tres años públicamente que se sometieran a una rinoscopia todos los funcionarios del Gobierno, empezando por el presidente de la nación.