Cierre en falso

Como bien queda expuesto en la noticia publicada en este rotativo, el Papa, al prohibir el sacerdocio de las mujeres, lo único que hace es lavarse las manos y dejar que el problema vaya rodando por otros pontífices. Y que es un asunto bastante conflictivo. No sólo es una cuestión de igualdad de derechos; es que el fantasma del sexo está volando por la Iglesia una vez más, y me temo que seguirá estando presente de esta forma: mientras las sociedades evolucionan y el sexo pasa a ser un término más dentro de nuestro vocabulario diario, la Iglesia sigue estancada e intenta echar tierra sobre este asunto tan peliagudo y hacemos ver que está superado, o por lo menos que los creyentes tienen cosas más importantes en qué pensar. Todo lo que tenga que ver con el sexo -deseos, orientaciones- es incompatible con la fe o la devoción. Dichos conceptos, para esta institución, nunca podrán caminar juntos permaneciendo intactos; al menos eso nos están demostrando, y creo que se equivocan. Por mucho que lo intenten, el sexo no desaparecerá de nuestras vidas (¡Dios quiera que no!). Elsexo está tan presente hoy en día que no merece la pena estar de uñas con él. Lo mejor que la Iglesia puede hacer es firmar un acuerdo de paz con el sexo y asun-úrlo como una realidad llevadera. Ya lo dice el refrán: "Si no puedes vencer al enemigo, únete a él".-