Los estudiantes de Somosaguas prefieren no pagar en las fiestas
5.000 jóvenes acudieron a la que se había montado de forma gratuita

En el campus de Somosaguas, de la Universidad Complutense de Madrid, se celebraron ayer dos fiestas muy diferentes. Por un lado, la organizada por el Club Deportivo de la Facultad de Psicología; por otro, la que, promovida por la asociación estudiantil FEIN (Federación de Estudiantes Independientes), montó la empresa GSAC. La principal diferencia entre ambas es que la primera era completamente gratis y la segunda costaba 500 pesetas. Y los universitarios no están dispuestos a pagar.
Por eso, a las dos de la tarde, había alrededor de 5.000 personas bailando enfrente del equipo de amplificación de los futuros psicólogos y nadie en el aparcamiento donde se emplazó la fiesta de FEIN, eso sí, rodeado de vigilantes jurados y escrupulosamente vallado. "Pero es que a quién se le ocurre, señor, organizarla así", decía un estudiante. %Quién ha tenido la brillante idea de cobrar entrada?", dijo mientras bebía del vaso de cerveza que llevaba en una mano.
De la misma opinión que el estudiante eran los integrantes de los grupos, la mayoría universitarios, que fueron a tocar en la fiesta de Fein, dentro de un concurso de rock: "Nos hemos equivocado de sitio, evidentemente", comentaba Fernando Fernández-Marqueira, miembro del conjunto Cosa Nostra, quien envidiaba a los grupos de la otra fiesta, con peor equipo, pero con miles de personas alrededor esperando que empezasen a sonar.
Cubrir pérdidas
"Si no cobramos entrada no cubrimos pérdidas", explicaba Raúl Rodríguez, consejero delegado de GSAC. "Con la bebida sólo no es suficiente", añadió Rodríguez, a la vez que se quejaba de haber tenido que contratar vigilantes, llamar a la Cruz Roja y vallar el recinto, mientras que los de Psicología se lo habían montado sin tales requisitos.El puesto de bebidas, situado en el aparcamiento, completamente vacío, contrastaba con el aluvión de estudiantes que compraban bocadillos y alcohol a otros estudiantes espabilados que habían llenado el coche de bocatas caseros. Al final, los organizadores de la fiesta de FEIN decidieron, a eso de las tres de la tarde, imitar a los futuros psicólogos y dejaron entrar gratis. No sirvió de nada. Dos horas después la lluvia lo anuló todo.
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