Lectores ilustres

La obra mayor de Gracián es la novela alegórica El criticón, pero El arte de la prudencia también tuvo influencia, sobre todo en Schopenhauer, que la tradujo al alemán, y en Nietzsche. Voltaire, La Rochefoucauld y La Bruyére se cuentan entre los lectores de Gracián.Algunos de los 300 aforismos de El arte de la prudencia, oráculo manual son de difícil interpretación. Entre el sentido directo, la simpatía y el enrevesamiento, llama la atención que un jesuita diga cosas como ésta: "251: Hay que usar los medios humanos como si los divinos no existieran, y los divinos como si no existieran humanos. Es una regla de un gran maestro [se refiere a san Ignacio de Loyola]. No hay que añadir ningún comentario". Por el tono del libro, esa frase adquiere significados nuevos, de un gran pragmatismo crítico que roza el pesimismo puro cuando, por ejemplo, advierte que los mayores amigos de hoy serán los peores enemigos de mañana.

The Washington Post recordó en su comentario a la edición americana que nunca estuvo claro si Gracián practicó sus prudentes recomendaciones. Más bien parece que no. El general de los jesuitas pidió para él otro destino, "porque es una cruz y una carga para sus superiores, una fuente de problemas y molestias, y porque, observando escasa prudencia, ha estado cuidando al niño de uno que abandonó la orden, pidiendo dinero para mantenerlo".