Mimbres para todos los cestos en Asturias

Oficialistas y críticos asturianos se disputan el título de "renovador" en representación del "cambio del cambio" emprendido por Felipe González. Las declaraciones de los dirigentes de la Federación Socialista Asturiana (FSA), cuyo secretario general es el ex ministro de Trabajo Luis Martínez Noval, van 'Por el camino de que el PSOE asturiano mantendrá el apoyo al modelo bipolar que ha caracterizado hasta ahora al PSOE, en el que coexisten González y Guerra y lo que ambos representan.

La FSA cuenta para alcanzar ese fin con algunos dirigentes que cubren el espectro ideológico y táctico que se pretende abarcar: José Ángel Fernández Villa, miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE y único dirigente de UGT que sigue apoyando al partido socialista, es persona de la más absoluta confianza y lealtad a Alfonso Guerra.

Martínez Noval está sustentado por el sector guerrista que controla Fernández Villa y formó parte durante los últimos cuatro años del equipo económico del Gobierno en su cargo de ministro de Trabajo, periodo que le permitió un acercamiento personal a Felipe González. En cuanto a Antonio Trevín, presidente del Principado merced al apoyo de los guerristas y con el voto en contra de los renovadores, mantiene lazos de amistad personal y de afinidad política con los renovadores madrileños.

En ese empeño de integración de guerrismo y felipismo, los dirigentes de la FSA lograron reunir en la *toma de posesión de Trevín al vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, identificado con los renovadores, y al secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, alineado con las tesis guerristas. Trevín y la Federación Socialista Asturiana han anunciado para el otoño la visita política a Asturias del secretario general, Felipe González, y también la del vicesecretarlo, Alfonso Guerra.

El sector crítico del socialismo asturiano sigue siendo no sólo minoritario (representa en torno al 35% en los órganos de decisión de la FSA), sino heterogéneo, frente a un sector oficialista que controla el 65%, que actúa como un solo hombre y que constituye un bloque en tomo a las agrupaciones de los valles mineros (con altas tásas de afiliación política y sindical) y al sindicato minero SOMA-UGT.

Aunque el pasado mes de junio hubo un cierre de filas de todos los llamados renovadores en favor de la candidatura de Bernardo Fernández a la presidencia del Gobierno regional, frente a la opción oficial de Trevín, el espectro crítico constituye una pluralidad sin estructurar.