No dar razones
A aquellos que, convertidos en estatuas de sal en el tiempo, viven aún en el estadio de la guerra civil, sin la mínima evolución y en un camino sin futuro, al margen de toda modernidad. Me refiero a la dualidad marxismo-capitalismo. Ambos sistemas tuvieron su nacimiento, su historia y su defunción. Ambos manifestaron sus lacras, sus olvidos del hombre concreto, sus intereses bastardos, sus debilidades, en definitiva.Aquel capitalismo cruel e injusto del siglo XIX pasó a la historia. Hoy vivimos dentro de ese sistema en Europa, y lo queremos con un rostro más humano, más justo, sin esos brotes egoístas del presente, que nos recuerdan los tiempos pasados. El marxismo también tuvo sus aciertos, pero no se manifestó más humano y justo que el capitalismo, sino que incurrió en los mismos errores fatales para el hombre concreto y para los pueblos que luchaban por su libertad. Su desplome ha sido tremendo.
Todavía aquí en Euskadi lo tenemos presente en grupos como el llamado KAS, que pretende revolucionar la sociedad con el uso de la fuerza y con esa mentalidad de élite manipulando a la masa, etcétera. Yo creo que los vascos, que saben del interés en su historia por los problemas concretos y por el sistema igualitario y democrático tradicional, no pueden estar de acuerdo con ese marxismo violento, ajeno a lo vasco, que utiliza el secuestro, la extorsión y la muerte para su revolución soc¡al y económica de la sociedad. Pienso que estamos más conformes con nuestro humanismo y nuestro igualitarismo, y con un sistema capitalista europeo de rostro más humano y más justo, en definitiva.
¿O es que el dogmatismo, el inmovilismo y el fanatismo son más fuertes que la evolución de la historia y que los tiempos modernos? Euskadi no entrará en Europa con el sistema marxista, sino con un sistema más justo y más humano, o no entrará. Hoy la ocasión se brinda en bandeja en el pacto social por el empleo y en el completo desarrollo autonómico.-
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